CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
A. Conclusiones
1. A la luz de los antecedentes y consideraciones expuestos
precedentemente, como conclusi�n general la Comisi�n Interamericana de Derechos Humanos
se�ala la alarmante violencia que se ha manifestado en los �ltimos a�os en Guatemala,
la que ha sido instigada o tolerada por el Gobierno, el cual tampoco ha adoptado las
medidas necesarias para reprimirla. Esa violencia se ha traducido en un n�mero demasiado
alto de vidas y ha significado un deterioro generalizado de los derechos humanos
establecidos en la Convenci�n Americana sobre Derechos Humanos.
2. Si bien el n�mero de v�ctimas producido por esa violencia ha
alcanzado a todos los sectores de la sociedad incluyendo a las propias Fuerzas
Armadas y a quienes detentan el poder pol�tico y econ�micono cabe duda alguna que
ella ha afectado mayormente a los dirigentes de los partidos pol�ticos de la oposici�n,
a sindicalistas, sacerdotes, abogados, periodistas, profesores y maestros, as� como a los
miles de campesinos e ind�genas que han sido asesinados.
3. En la gran m mayor�a de esos casos, las muertes originadas por esa
violencia se han debido a las ejecuciones ilegales y a las desapariciones practicadas por
las fuerzas de seguridad o por grupos paramilitares de civiles que han actuado en estrecha
colaboraci�n con las autoridades gubernamentales, sin que esas autoridades hayan
procedido a una adecuada y eficaz investigaci�n de la autor�a de esos cr�menes.
4. Tales ejecuciones ilegales y desapariciones, adem�s de violar
principalmente el derecho a la vida, han creado un clima end�mico de total inseguridad e
incluso de terror, lo que ha significado subvertir el Estado de Derecho y, en la pr�ctica
inhibir la gran mayor�a de los derechos consagrados en la Convenci�n Americana sobre
Derechos Humanos.
5. La generalizada violencia existente en Guatemala ha significado, tal
como se ha expuesto en los diferentes cap�tulos de este Informe, que los derechos a la
libertad personal, a la seguridad e integridad, a la justicia y al proceso regular, a la
libertad de conciencia y religi�n, a la libertad del pensamiento y de la expresi�n, a la
libre reuni�n y asociaci�n, as� como los derechos pol�ticos, se encuentran en los
hechos seriamente afectados y limitados, no obstante el formal reconocimiento que de ellos
hacen la Constituci�n y las leyes guatemaltecas.
6. Las grandes disparidades socio-econ�micas existentes entre los
diversos sectores de la poblaci�n guatemalteca han contribuido, asimismo, a la
generalizada violencia del pa�s. Tales disparidades, entre otros aspectos, se manifiestan
por la notable falta de correspondencia entra las tasas de crecimiento que Guatemala ha
experimentado en los �ltimos a�os y la calidad de la vida de aproximadamente la mitad de
la poblaci�n del pa�s, cuyos derechos econ�mico-sociales especialmente en lo que
respecta a las necesidades b�sicas en materia de salud, nutrici�n y educaci�nno
han sido realizados.
B. Recomendaciones
En consideraci�n a las conclusiones expuestas, la CIDH formula al
Gobierno de Guatemala las siguientes recomendaciones:
1. Tomar las medidas necesarias para prevenir el acaecimiento de graves
violaciones al derecho de la vida; terminar con la participaci�n y tolerancia de las
autoridades gubernamentales y grupos paramilitares en la violencia y el terrorismo; e
investigar y sancionar con todo el rigor a los responsables de tales actos.
2. Investigar y castigar con todo el rigor de la ley a los responsables
de las ejecuciones ilegales, de las desapariciones, detenciones arbitrarias y de las
torturas.
3. Garantizar efectivamente la libertad de asociaci�n, el derecho de
reuni�n y la libertad sindical consagrados en la Constituci�n de Guatemala y en la
Convenci�n Americana sobre Derechos Humanos.
4. Efectuar una profunda y total reorganizaci�n del Poder Judicial que
permita a �ste, una vez que posea los recursos humanos y materiales, contar con una
efectiva autonom�a y suficientes poderes para investigar con eficacia y prontitud las
violaciones de derechos humanos y sancionar, sin temor a represalias, a quienes resulten
responsables de tales atropellos, quienes quieran que ellos sean.
5. Iniciar un amplio di�logo con la participaci�n de todos los
sectores de la sociedad guatemalteca que pueda contribuir a terminar con la violencia y
permitir la soluci�n de los problemas sociales y econ�micos a trav�s de v�as y
procesos democr�ticos y pac�ficos.