CAPÍTULO X
DERECHOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
A. Consideraciones
generales
1. El Informe Anual 1979-1980 de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos contiene la siguiente observación respecto a los derechos económicos,
sociales y culturales:
El elemento social de la obligación jurídica asumida por todo
gobierno en esta materia es procurar la realización de las aspiraciones sociales y
económicas de su pueblo siguiendo un orden que dé prioridad a las necesidades básicas
de salud, nutrición y educación. La prioridad de "los derechos de
supervivencia" y "las necesidades básicas" es una consecuencia natural del
derecho a la seguridad personal.
2. El Gobierno de Guatemala depositó el instrumento de ratificación a
la Convención Americana sobre Derechos Humanos el 25 de mayo de 1978, y por este acto
asumió, inter-alia, las obligaciones establecidas en el artículo 26 de dicha
Convención, que expresa:
Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel
interno como mediante la cooperación internacional, especialmente económica y técnica,
para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las
normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta
de la Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires,
en la medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros medios apropiados.
3. A causa de las grandes disparidades socio-económicas entre los
diversos sectores de la población que ofrecen un fértil ambiente para la continua
violencia, en este Capítulo se tratará la situación de la población guatemalteca en lo
que respecta a las necesidades básicas de salud, nutrición y educación.
B.
La estructura socio-económica
1. Guatemala es entre las repúblicas centroamericanas la más rica en
recursos y la más poblada.1
Sin embargo, hay una notable falta de correspondencia entre las
considerables tasas de crecimiento económico que Guatemala ha experimentado en los
últimos años2 y las mejoras en la calidad
de la vida del 50% más pobre de la población.
El café es el artículo de mayor exportación hasta el punto que el
crecimiento económico reciente ha sido el resultado de los altos ingresos de esa
exportación.
Como lo ha señalado el Consejo Interamericano Económico y Social
(CIES) de la OEA "las principales fuentes de crecimiento económico del país han
surgido de la producción de bienes y servicios para el exterior, y no de un notable
desarrollo de la economía interna que permitiera hacer frente a las necesidades".3
2. Económica y socialmente la mitad más pobre de la población
guatemalteca se compone de indígenas. La economía de Guatemala está tajantemente
dividida en una población urbana no indígena y en la población rural indígena. La
segunda es sumamente pobre y se halla social y culturalmente aislada de los centros
urbanos más modernos. Vive en el altiplano, concentrada en parcelas rurales de
subsistencia. Está tan alejada de la cultura que ni siquiera aprende el español; habla
un dialecto de una de las 17 lenguas indias actuales originarias del Kelchi, Quiché, Mam
o Cakchiquel. Las tasas de longevidad y de alfabetismo son desproporcionadamente bajas,
igual que sus relaciones de tierra e ingreso. Puesto que el altiplano no es generalmente
apto para el cultivo intensivo del maíz, frijoles y otros cereales básicos que forman su
alimentación principal, la mayoría de los indígenas para subsistir emigran
estacionalmente a trabajar en las grandes fincas comerciales.
3. De acuerdo con un reciente análisis de la distribución de ingreso
en Guatemala, para el año 1979, el 25% de la población recibió 66,5% del ingreso
nacional, mientras que el 75% restante percibió el 33.5%. Guatemala se caracteriza
económicamente por una ausencia de clase media. "El índice de costo de vida de tres
cuartas partes de la población es muy bajo, menos de la mitad del promedio nacional ($135
comparado con el ingreso per cápita de $302 en 1979)".4
4. Las evidentes disparidades en la distribución del ingreso son el
reflejo del sistema de tenencia de la tierra. Puesto que la agricultura continúa siendo
el sector más importante de la economía, el poder económico y político se concentra en
manos de una clase constituida por un escaso número de terratenientes. De acuerdo con un
documento del Banco Mundial, el sistema de tenencia de la tierra en Guatemala puede
describirse en la forma siguiente:
El 90% de la población rural de Guatemala vive en parcelas tan
pequeñas que con las técnicas agrícolas actuales no pueden proporcionar el ingreso
necesario para cubrir las necesidades básicas de una familia sin la ayuda de un segundo
empleo. En el otro extremo de la escala, el 80% de las tierras agrícolas forman fincas de
más de 7 hectáreas, las cuales pertenecen a sólo 2% de las familias agrícolas. La gran
concentración de la población indígena en el Altiplano occidental es causa de gran
parte de la desigualdad en la distribución de tierras. Esta área constituye sólo el 26%
de la extensión del país, sin embargo en ella vive el 60% de la población. La
situación es todavía más aguda porque la topografía del Altiplano es muy abrupta y no
apta para el cultivo. Sin embargo, por la presión demográfica, la mayor parte del área
se dedica a la agricultura, lo que causa serios problemas de erosión y baja
productividad. En contraste, las llanuras fértiles a lo largo de la costa del Pacífico
pertenecen en su mayor parte a los ricos terratenientes y forman grandes fincas dedicadas
a la producción de artículos exportables como el azúcar y el algodón.5
5. El resultado de esa situación es que la mayoría de la población
vive en estado de absoluta pobreza. La extrema pobreza, producto de la distribución
desigual de la riqueza nacional, ha sido definida como "una condición de vida tan
limitada por la desnutrición, enfermedades, analfabetismo, índice bajo de longevidad y
alto índice de mortalidad infantil, que se halla por debajo de cualquier definición
racional de decencia humana".6
6. La población de Guatemala de 6.813.000 crece a una tasa anual de
2,9% y llegará a 8.083.000 hacia 1985.7
Aproximadamente el 45% de la población actual es menor de 15 años.8
En los años de 1971 a 1975, el 81,4% de niños menores de 5 años
sufrían de algún grado de desnutrición.9
Los índices de mortalidad infantil y de analfabetismo han sido tradicionalmente altos
(10,9% por 1,000 habitantes, 82,9% por 1,000 nacimientos vivos, 45,4%, respectivamente).
Por la escasez de escuelas en las áreas rurales, aproximadamente el 69% de la población
rural y el 30% de la población urbana son analfabetos.10
El nivel promedio de aprendizaje formal se calcula en 2,3 años y el
74% de la población de edad escolar abandona la escuela primaria.11
La esperanza de vida al momento de nacer, en 1979, se estimaba en 57,8 años, pero esta
cifra varía significativamente en todo el país según la disponibilidad de servicios
públicos.12
C. Salud,
Nutrición y Educación
1. El Banco Mundial, en su estudio de la situación económica y social
de Guatemala, llegó a la conclusión, al compararla con los países vecinos menos ricos,
que los servicios de salubridad guatemaltecos ocupaban el nivel más bajo de la escala. En
1972, cuando se prepararon estas estadísticas, Guatemala tenía un menor número de
médicos y enfermeras que cualquiera de los países centroamericanos.13
2. Pese a la urgente necesidad de mejorar el estado de los servicios y
locales de salud, los gastos estatales en este sector prácticamente han disminuido desde
1975.14
En un informe de la Organización Mundial de la Salud se sostiene lo
siguiente:
Se están realizando esfuerzos para racionalizar el uso de los recursos
financieros y para aumentar progresivamente las asignaciones de fondos para la ejecución
de programas de salubridad. Hay una falta crónica de recursos, lo que se debe a las
siguientes causas: distribución desigual del producto bruto nacional; los altos costos de
los servicios de salud y su alza creciente (ocasionados principalmente por malas
decisiones); las expectativas y demandas crecientes de la población; utilización
deficiente de los recursos disponibles debido a la falta de coordinación entre
instituciones y sectores que tienen que ver con la salud pública; y la falta de
competencia gerencial que asegure un rendimiento óptimo de esos recursos.15
3. La situación de salubridad de Guatemala es en general mala; pero es
más crítica todavía en las áreas rurales donde habita la vasta mayoría de la
población indígena. De esta población, sólo el 18% tiene acceso a agua potable, en
comparación con el 76% de la población urbana.16
4. El 50% de los fallecimientos registrados son de niños menores de
cinco años, y más de la mitad de dichos fallecimientos son atribuidos a enfermedades
intestinales y respiratorias, la mayoría de las cuales podrían haberse prevenido. La
mala calidad, o en algunos casos, la falta de servicios públicos como la atención
médica, la sanidad y acarreo de basura, y la falta de servicios de agua potable y
vivienda apropiada contribuyen a la mortalidad infantil relativamente alta de 82.9% por
1,000 nacimientos vivos.
5. Otro factor que contribuye al deficiente estado de salud en
Guatemala, en particular en las áreas rurales, es la desnutrición. El Banco Mundial
concluyó que la dieta básica de los pobres es deficiente en calorías, proteínas,
minerales y vitaminas.17 La mitad más pobre
de la población, por ejemplo, consume sólo 56% de los requisitos mínimos de proteínas.
Cerca de una tercera parte de la población rural y el 82% de todos los niños menores de
5 años sufren de desnutrición.18
6. En vista del bajo rendimiento de los niños desnutridos, el nivel de
educación de los habitantes es consecuentemente bajo. De acuerdo con el censo de 1973, el
51,8% de la población mayor de 10 años es analfabeta. En la población indígena de más
de 10 años de edad, el 76,2% es analfabeta.19
7. En comparación con los otros países centroamericanos, Guatemala,
pese a ser la más rica, invierte menos en educación, como lo indica el siguiente cuadro:
Porcentaje del gasto estatal en educación20
|
Guatemala |
El
Salvador |
Honduras |
Nicaragua |
Costa
Rica |
1977 |
16.0 |
22.8 |
19.1 |
-- |
32.7 |
1978 |
10.7 |
22.4 |
15.2 |
12.1 |
34.3 |
1979 |
12.4 |
23.3 |
17.8 |
24.4 |
28.4 |
8. La desnutrición y la mortalidad infantil es el
resultado de una distribución desigual del ingreso y no de la escasez de alimentos.
Aunque el PIB se cuadruplicó entre 1950 y 1970, la desigual distribución del ingreso se
ha vuelto más grave al paso del tiempo, a causa del énfasis en la expansión de las
exportaciones y de las industrias de capital intensivo. Por un lado, el 25% más rico de
la población guatemalteca recibió en 1948 el 60,5% del ingreso nacional y en 1970 el
66,5%; por el otro, el 25% más pobre de esa población percibió en 1948 el 7% y en 1970
sólo el 6.7%.21