OEA/Ser.L/V/II.111
Doc. 21 rev.
6 abril 2001
Original:  Español/Inglés

 

 

CAPÍTULO III

 

DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES

 

 

A.          Introducción

 

1.          La Convención Americana señala en su preámbulo que "sólo puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento del temor y de la miseria, si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos".

 

2.          Asimismo, en el Preámbulo del Protocolo de San Salvador se ha señalado que la estrecha relación que existe entre la vigencia de los derechos económicos, sociales y culturales y la de los derechos civiles y políticos, por cuanto las diferentes categorías de derechos constituyen un todo indisoluble que encuentran su base en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana, por lo cual exigen una tutela y promoción permanente con el objeto de lograr su vigencia plena, sin que jamás pueda justificarse la violación de unos en aras de la realización de otros.[1]

 

3.            Un análisis de la situación de los derechos, económicos, sociales y culturales en Guatemala hoy en día, necesita ser visualizada desde una perspectiva histórica para poder entender tanto los avances y problemas presentes, como los desafíos futuros. En este sentido, nos remitiremos a las conclusiones de la Comisión de Esclarecimiento Histórico, quien sobre el particular señaló: 

 

….concluye que la estructura y la naturaleza de las relaciones económicas, culturales y sociales en Guatemala han sido profundamente excluyentes, antagónicas y conflictivas, reflejo de su historia colonial.[2]

 

El carácter antidemocrático de la tradición política guatemalteca tiene sus raíces en una estructura económica caracterizada por la concentración en pocas manos  de los bienes productivos, sentando con ello las bases de un régimen de exclusiones múltiples, a las que se sumaron los elementos de una cultura racista, que es a su vez la expresión más profunda de un sistema de relaciones violentas y deshumanizadoras. El Estado se fue articulando paulatinamente como un instrumento para salvaguardar esa estructura, garantizando la persistencia de la exclusión y la injusticia.[3]

 

 

La ausencia de una política social eficaz por parte del Estado, con excepción de la época que abarca 1944 hasta 1955, acentuó una dinámica histórica excluyente. En muchos casos las políticas estatales durante el período reciente propiciaron las desigualdades o, como mínimo, su endémica debilidad institucional permitió que éstas se exacerbaran. Como muestra, durante los veinte años de mayor crecimiento económico en Guatemala (1960-1980), el gasto social del Estado fue el menos de Centroamérica y la carga tributaria fue a su vez la más baja.

 

Por su mismo carácter excluyente el Estado fue incapaz de lograr un consenso social en torno a un proyecto de nación que pudiera aglutinar al conjunto de la población. Concomitantemente renunció a su papel de mediador entre los intereses sociales y económicos divergentes, abriendo un vació que facilitó la confrontación directa entre los sectores afectados. …[4]

 

Quedo así conformado un círculo vicioso donde la injusticia social provocó protesta y luego inestabilidad política, que permanentemente sólo tuvo dos respuestas: represión o golpe militar. Frente a movimientos que proponían reivindicaciones económicas, políticas, sociales o culturales, el Estado recurrió crecientemente a la violencia y el terror para mantener el control social. En este sentido la violencia política fue una expresión directa de la violencia estructural de la sociedad.[5]

 

…. [F]enómenos coincidentes como la injusticia estructural, el cierre de los espacios políticos, el racismo, la profundización de una institucionalidad excluyente y antidemocrática, así como la renuencia a impulsar reformas sustantivas que pudieran haber reducido los conflictos estructurales, constituyen los factores que determinaron en un sentido profundo el origen y ulterior estallido del enfrentamiento armado.[6]

 

4.          Como consecuencia de la situación descrita, en donde la gran mayoría de la sociedad guatemalteca se ha visto históricamente postergada del desarrollo económico, en los acuerdos de paz de 1996, se firmó el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria. En este Acuerdo se señaló: “Que una paz firme y duradera debe cimentarse sobre un desarrollo socioeconómico orientado al bien común que responda a las necesidades de toda la población. Que ello es necesario para superar las situaciones de pobreza, extrema pobreza, discriminación y marginación social que han obstaculizado y distorsionado el desarrollo social, económico, cultural y político del país, y han constituido fuente de conflicto e inestabilidad”.

 

5.          La Comisión en el presente Informe analizará únicamente algunos de los derechos sociales, culturales y económicos establecidos en el “Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Protocolo de San Salvador”. Este análisis lo hará a la luz de lo establecido en el  “Protocolo de San Salvador” y lo señalado en el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria. Asimismo, se tratará de tomar siempre en consideración lo referente a la población indígena, ya que esta representa más del 50% de la población y a su vez lo que diga relación a las áreas rurales, atendido que el Estado guatemalteco es esencialmente rural, en donde alrededor del 60% de la población vive en estas áreas y su principal fuente de divisas proviene de las mismas.[7] [8] Dentro de este contexto, la Comisión analizará en primer mención el Índice de Desarrollo Humano en Guatemala desde una perspectiva comparada. Luego se analizará la situación de la salud y educación. Posteriormente se hará mención al denominado Pacto Fiscal como una de las herramientas fundamentales para lograr un desarrollo social sostenible en Guatemala. Por último, se formularan conclusiones y recomendaciones.

 

B.         Consideraciones generales

 

          6.          El 6 de Octubre de 2000, el Estado guatemalteco depósito en la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos su ratificación al “Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Protocolo de San Salvador”. La Comisión valora esta iniciativa del Estado guatemalteco y espera que el “Protocolo de San Salvador” logre una vigencia efectiva y sirva para promover y alcanzar una mayor justicia social en Guatemala.

 

          7.          Guatemala  muestra la segunda más desigual distribución  del ingreso del hemisferio, en donde el 20 % más rico de la población consume el 63% de los ingresos totales en cambio el 20 % más pobre consume solamente el 2.1 % de los ingresos totales. El 39.8% de la población gana menos de un dólar diario. Se estime que el 57% vive bajo la línea de la pobreza.[9]

 

          8.          Un desarrollo sostenido de la economía es fundamental para la inversión pública y el logro de las metas sociales. Consciente de la importancia de esto en el Acuerdo Socioeconómico, se reconoció que “el crecimiento acelerado del país es necesario para la generación de empleos y su desarrollo social.” En este sentido, el Gobierno se comprometió en los acuerdos de paz a adoptar políticas económicas tendientes a alcanzar un crecimiento sostenido del producto interno bruto (PIB) a una tasa no menor del 6% anual con el objeto de desarrollar una política social avanzada. El crecimiento del producto interno bruto desde los años 1997 a 2000 en Guatemala ha sido de: 1997, 4,3%;  1998, 5.1%; 1999, 3.6%; 2000, 3.6% (estimado).

          9.          De los datos anteriores podemos apreciar que en 1997 y 1998 la economía guatemalteca registró tasas de crecimiento acorde con las metas señaladas en los acuerdos de paz. Este aumento en el crecimiento se debió básicamente a un aumento en la inversión pública y a los avances en la estabilidad macroeconómica. Sin embargo, podemos apreciar que en el año 1999 y las estimaciones para el 2000 están muy por debajo de la meta del 6%, lo cual significa una menor generación de empleos e ingresos para la población.[10]

 

          C.          Índice de desarrollo humano (IDH) [11]

 

          10.          El Estado guatemalteco en el año 2000 fue catalogado en cuanto a su IDH en el lugar 120 de un total de 174 países. Esto coloca a Guatemala, después de Haití con segundo IDH más bajo del hemisferio.[12]

 

          11.          En lo  que se refiere al índice del desarrollo humano dentro de las diferentes regiones geográficas de Guatemala, la Región Metropolitana (departamento de Guatemala) es la que tiene un mayor IDH. En contrapartida las regiones Norte y Noroccidente, con mayores proporciones de población indígena, presentan los índices más desfavorables. En este sentido, el ingreso de la región metropolitana pasó a ser equivalente a 1.6 veces la media nacional en 1989 a 2,1 veces la media en 1994, para luego mantenerse a un nivel 2.0 veces mayor en 1998. En contraste, la región noroccidental, la de menos ingresos, que pasó de tener un ingreso equivalente a poco más de la mitad de la media nacional en 1989 (0.6 veces la media) a cerca de la mitad en 1994 (0.5 veces la media) y a menos de la mitad en 1998 (0.4 veces la media).[13] [14] A continuación se presenta un cuadro sobre el IDH por regiones en Guatemala:


 

Cuadro 1

Índice de Desarrollo Humano por región

1989, 1994 y 1998

 

 

 

 

 

Diferencia

 

Región

 

1989

1994

1998

94/89

98/94

Metropolitana

 

0.62

0.68

0.70

0.06

0.02

Norte

 

0.42

0.43

0.53

0.01

0.10

Nororiente

 

0.52

0.53

0.56

0.01

0.03

Suroriente

 

0.50

0.52

0.57

0.02

0.05

Central

 

0.48

0.54

0.58

0.06

0.04

Suroccidente

 

0.47

0.51

0.54

0.04

0.03

Noroccidente

 

0.42

0.46

0.49

0.04

0.03

Petén

 

0.53

0.53

0.55

0.00

0.02

País

 

0.51

0.55

0.59

0.04

0.04

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Informe del PNUD 1999. Informe que se basó en Elaboración propia con base en datos de:  INE, Encuesta Nacional

Sociodemográfica 1989; X Censo de Población y V de Habitación 1994; y

Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos Familiares, 1998/99.

 

 

 

          12.          De los datos expuestos también se puede observar que en 1998 el IDH fue superior a 1994 y a 1989 respectivamente, observándose una tendencia de mejoría tanto a nivel nacional como a nivel regional. De acuerdo a lo señalado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo “las mejoras para los índices fueron principalmente el resultado de aumento de la esperanza de vida seguido por aumentos del ingreso. Las mejoras en educación, aun cuando fueron importantes en el período, no dieron lugar a una mayor participación de este componente en el período 1994-1998”.[15]

 

 

          13.          En atención a que en Guatemala cerca del 60% de la población vive en áreas rurales es fundamental analizar el desarrollo que el IDH ha experimentado en las áreas urbanas y rurales. Para el Guatemala en su conjunto el IDH rural era más de 14 puntos porcentuales menor que el IDH urbano.[16] Asimismo, de los datos que se exponen a continuación el IDH urbano más bajo (0.60, en la región Noroccidente) era mayor que el IDH rural más alto (0.55, en la región central), con la excepción de la región metropolitana (0.64).[17]  A continuación se presenta un cuadro con el IDH en las áreas urbano y rurales de Guatemala:[18]

 

 

 

Cuadro 2

Índice de Desarrollo Humano por Región y área

1998

Región

Total

Urbano

Rural

Diferencia

Metropolitana

0.70

0.736

0.638

0.098

Norte

0.53

0.602

0.513

0.089

Nororiente

0.56

0.647

0.542

0.105

Suroriente

0.57

0.632

0.543

0.089

Central

0.58

0.608

0.553

0.055

Suroccidente

0.54

0.624

0.509

0.115

Noroccidente

0.49

0.6

0.469

0.131

Petén

0.55

0.666

0.505

0.161

País

0.59

0.672

0.536

0.136

 

          14.          Los datos anteriores muestran la necesidad que las acciones que se impulsen a fin de elevar el desarrollo humano y la equidad social deben comprender criterios que abarquen tanto las áreas rurales como urbanas y no sólo los de naturaleza geográfica, especialmente en consideración a que la población guatemalteca es mayoritariamente rural. Esto requiere que las acciones que emprenda el Estado deben efectivamente beneficiar a la comunidad en su conjunto y no sólo a las áreas de mayor desarrollo. [19]

 

D.          Educación

 

          15.          El Protocolo de San Salvador establece en su artículo 13 las siguientes disposiciones concernientes al derecho a la educación:

 

1.            Toda persona tiene derecho a la educación.

 

2. Los Estados partes en el presente Protocolo convienen en que la educación deberá orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad y deberá fortalecer el respeto por los derechos humanos, el pluralismo ideológico, las libertades fundamentales, la justicia y la paz.  Convienen, asimismo, en que la educación debe capacitar a todas las personas para participar efectivamente en una sociedad democrática y pluralista, lograr una subsistencia digna, favorecer la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos raciales, étnicos o religiosos y promover las actividades en favor del mantenimiento de la paz.

 

3. Los Estados partes en el presente Protocolo reconocen que, con objeto de lograr el pleno ejercicio del derecho a la educación:

 

a.                    la enseñanza primaria debe ser obligatoria y asequible a todos gratuitamente;

 

b.                   La enseñanza secundaria en sus diferentes formas, incluso la enseñanza secundaria técnica y profesional, debe ser generalizada y hacerse accesible a todos, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita;

 

c.                    La enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la capacidad de cada uno, por cuantos medios sean apropiados y, en particular, por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita;

 

d.                   Se deberá fomentar o intensificar, en la medida de lo posible, la educación básica para aquellas personas que no hayan recibido o terminado el ciclo completo de instrucción primaria;

 

e.                    Se deberán establecer programas de enseñanza diferenciada para los minusválidos a fin de proporcionar una especial instrucción y formación a personas con impedimentos físicos o deficiencias mentales.

 

4.        Conforme con la legislación interna de los Estados partes, los padres tendrán derecho a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos, siempre que ella se adecue a los principios enunciados precedentemente

 

5.         Nada de lo dispuesto en este Protocolo se interpretará como una restricción de la libertad de los particulares y entidades para establecer y dirigir instituciones de enseñanza, de acuerdo con la legislación interna de los Estados partes.

 

          16.          En la historia guatemalteca la educación nunca fue un área prioritaria de preocupación por parte del Estado. Los ingresos del producto interno bruto destinado a educación siempre fueron mínimos, históricamente los más bajos de la región centroamericana.[20] Asimismo, el acceso a la educación se ha caracterizado por ser excluyente para los sectores más pobres y en las áreas rurales. “Según proyecciones basadas en los últimos datos censales, para 1998 el 61% de los hombres y el 67% de las mujeres mayores de 7 años tenían un nivel de escolaridad inferior a tres años de primaria, y cerca de un 30% de los hombres y un 40% de las mujeres nunca asistieron a la escuela.”[21] El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) estima que el promedio de escolaridad en Guatemala es de sólo 2.3 años.

 

          17.          En el  Acuerdo Socioeconómico se hace especial mención a la educación y se indica que esta cumple un papel fundamental para el desarrollo económico, cultural, social y político del Estado guatemalteco. 

 

          18.          En los acuerdos de paz el Gobierno se comprometió a “aumentar significativamente los recursos destinados a educación. Como mínimo el Gobierno se propone incrementar, para el año 2000, el gasto público ejecutado en educación en relación con el PIB en 50% respecto del gasto ejecutado en 1995.”

 

      

 

continúa...

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1 “Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos de forma global[1]y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso. Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y regionales, así como de los diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos, pero los Estados tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades fundamentales”. Declaración y Programa de Acción de Viena (parte I, párr. 5), aprobada por la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos, Viena, 25 de junio de 1993 (A/CONF.157/24(Part I), cap.III.

[2] Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, Guatemala Memoria del Silencio, Tomo V, Conclusiones y Recomendaciones, pág. 21.

[3] Id., págs. 21 a 22.

[4] Id.

[5] Id.

[6] Id., pág. 24.

[7] La población estimada para Guatemala para el año 2000 era de 11.385 millones de habitantes. El 60.6% vive en zonas rurales y el 39.4 en zonas urbanas. La media de latinoamericana que vive en zonas rurales es de 23%. Véase, Informes  de las Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

[8] En 1997 las exportaciones agrarias representaban el 57.4% de las exportaciones de Guatemala. Esto es significativo si se compara con la realidad de otros países en donde hay una gran población indígena y rural, por ejemplo en Bolivia las exportaciones agrarias cubren el 3.1% del total de las exportaciones, en Perú el 8.8% y en Ecuador el 31.9%.

[9] La extrema pobreza es la denegación de todos los derechos humanos. La extrema pobreza establece por consiguiente un vínculo indivisible entre cada uno de los derechos de la persona. Los Estados tienen la responsabilidad primaria de aplicar el conjunto de derechos de los más pobres.(…)

La pobreza extrema es incompatible con el ejercicio del derecho a un nivel de vida adecuado (artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos) y habida cuenta de que todos los aspectos de la vida son interdependientes, las personas extremadamente pobres están privadas del conjunto de sus derechos. La mayoría de las veces carecen de presencia en la sociedad y por ende son excluidos de la vida económica y social y no pueden ejercer sus derechos, en especial los relativos a sus necesidades más esenciales. La pobreza extrema constituye, por consiguiente, el ejemplo más ilustrativo del vínculo indivisible que une los distintos derechos humanos” ONU, Comisión de Derechos Humanos, Los Derechos Humanos y la Extrema Pobreza, Informe presentado por la señora A.-M. Lizin, experta independiente, Documento E/CN.4/2000/52, 25 de febrero de 2000, párr. 2, 6, y 14.  

[10] Entre las principales causas que se han señalado para que en los años 1999 y 2000 haya una disminución en el crecimiento del producto interno bruto están a) los efectos negativos del huracán Mitch; b) la caída de los precios internacionales del café, banano y caña de azúcar y los aumentos internacionales del petróleo; c) el aumento del déficit fiscal; d) la quiebra de  algunas instituciones financieras.

[11] El Índice de Desarrollo Humano es aquel mecanismo utilizado por Naciones Unidas para medir el desarrollo de los países basado en indicadores de ingreso, de esperanza de vida y educación.

[12] Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Informe Guatemala: el rostro rural del desarrollo humano, 1999 (en lo sucesivo “Informe PNUD Guatemala 1999”).

[13] Id.

[14] Sobre la forma en que se calcula IDH véase el final de este Capítulo.

[15] Id.

[16] Id.

[17] Id.

[18] Véase, Informe del PNUD Guatemala 1999.

[19] En este sentido el Estado guatemalteco ha señalado que se están haciendo grandes esfuerzos para  aumentar en forma significativa la red vial del país. De esta manera, ha indicado que se está trabajando en el mejoramiento de las carreteras existentes y en la construcción de otras nuevas.  Por ejemplo, para el año 2001 se espera avanzar en el 75% de la pavimentación de la carretera Cobán, Alta Verapaz-San Benito Petén.

[20] Por ejemplo, en 1995 el gasto social en educación en Guatemala en relación al producto interno bruto fue del 1,8 %. En los otros países centroamericanos fue: El Salvador 2%; Honduras 3,7%; Nicaragua 4,3 %; Costa Rica 5,3% y Panamá 4,9 %. En América latina solamente Haití asigna un porcentaje menor de su presupuesto en educación que Guatemala. Véase, Informe del PNUD Guatemala 1999.

[21] Id.